Este jueves es una vez más Neogéminis quien nos guia en nuestro navegar por estos mares de internet
Su propuesta a elegir es: De Perdones y Venganzas, ( o ambos )
Mi relato podéis leerle a continuación
Homero nos cuenta en su Odisea, las aventuras de Ulises por nuestro Mediterráneo. Habla de una mujer fiel: Penélope, su constancia y fe en el regreso de su amado. La segunda, mujer de Ulises en la Odisea, fue la ninfa Calipso que le retuvo en su cama, diez años a cambio de la inmortalidad. Hasta ahí llega lo que Homero nos contó sobre las mujeres de Ulises Ahora narro la venganza de Poseidón y de Penélope sobre el aventurero Odiseo
En la isla de La Toja hace cientos de años nació por deseo de Poseidón un niño cíclope. Se crió entre el ganado en las montañas, sus padres avergonzados le vistieron con pieles de cordero y andaba a cuatro patas como ellos
Un día Poseidón se le apareció y le puso nombre Celto: Su hijo: Señor de los Celtas.
Desde ese momento, Poseidón se hizo su valedor, le enseñó andares bípedos, el arte de la guerra, el manejo del arco con tanta precisión como era capaz un ser de ojo único
Una noche del 11 de Noviembre de un año, comenzó a escuchar voces jamás oídas que le decían: ¡ Celto, véngame, Celto, venganza ! Celto ve, que no te tiemble la espada, Poseidón te protegerá, ve y cobra venganza
Al despertar, Celto vio una capa y una bolsa con unos polvos extraños, un escudo de bronce y plata y una espada de oro. Se puso la capa, y vio que se hacía invisible a los ojos de los humanos Y probó los polvos de la bolsa, y su ardor guerrero y su fuerza se multiplicaron por cuatro.
Una mañana recién amanecido el décimo primer día de Noviembre de ese mismo año, se puso en camino. Y cruzó mares caboteando, hasta entrar en las dulces y cálidas aguas mediterráneas hasta llegar al lugar preciso Se puso la capa, tomó los polvos de la bolsa, el escudo y la espada en cada mano. Su criado Eumeo dormía, Argos el gigante de los cien ojos nada vió y Can Cerbero no ladró al no poderle ver Entró en palacio; panoplias repletas de armas tomadas a sus enemigos, cien estandartes de victorias ya añejas. En el centro de la sala el trono, junto al yelmo de Aquiles traído de Troya. Celto avanzó cauteloso, subió casi flotando los escalones que al segundo piso. En el tálamo dormían confiados Penélope y Ulises, reyes de Itaca. Tomó su espada y presto de un tajo, separó la cabeza del tronco, sin que un suspiro de queja o dolor salieran de su boca .En el suelo, la cabeza con los ojos cerrados del aventurero Ulises
Celto sólo dos palabras dijo:¡ Por Polifemo al que cegaste !
¡Por Penélope ! dijo la despechada esposa ¡ por tus engaños !
Su único ojo resplandecía de orgullo, pesaba que había vengado a sus ancestros de tantas humillaciones que en su día Ulises hizo a Poseidón y a su despechada esposa que nunca se lo había perdonado