Este jueves es conduce Molí del Canyer, su propuesta es " La Curiosidad "
El relato que escribo podéis leerle a continuación
¿Sois curiosos?, bueno, os contaré cómo mi abuelo conoció a mi abuela. Un día también sentí curiosidad se lo pregunté y me dijo : " Nieto siéntate"
Antes de la Segunda Guerra Mundial, había entrado a una biblioteca pública elegí el libro de " El Principito", en la última página encontré el nombre de su última lectora: Lady Ana, sentí curiosidad quise conocerla, me costó trabajo pero conseguí su dirección por una indiscreción de la bibliotecaria
Los acontecimientos se precipitaron y entramos en guerra y no llegamos a conocernos. Durante todo ese tiempo nos habíamos carteado. Nació entre ambos afinidades y sentimientos encontrados que terminó en un gran interés en conocernos cuando la locura de la guerra acabara
Con la victoria llegó la cita. Yo llevaría en la mano un libro de El Principito y ella un ramillete de camelias. Estaba nervioso, mi curiosidad por conocerla podía conmigo. Habíamos quedado en la estación central de trenes de mi ciudad
Una joven se dirigió hacia mi, de figura estilizada, bien formada, pelo acaracolado, labios carnoso. Vestía un vestido suelto ligero, de color rosa palo. Se me iluminaron los ojos, pero...NO llevaba el ramilletes de camelias
Mientras se acercaba una sonrisa surcó sus labios ¿ Vas por mi marinero? murmuró
Incoscientemente di un paso hacia ella y fue entonces que vi a la chica del ramillete de camelias. Era una mujer ligeramente gruesa cabello castaño, sombrero desgastado, piernas regordetas y gruesos tobillos.
Sentí como si me partiera en dos; la chica del vestido rosa se alejaba, mi deseo era seguiría la vez que sentía un profundo anheloso por la mujer que me había estado apoyando tanto tiempo
No vacilé, mostré el libro de El Principito a la mujer del ramillete de camelias. Esto no sería amor, me dije pero si algo parecido, una amistad por la que debía estar siempre " domesticado" como decía el zorro de el Principito. Saludé a la joven y la entregué el libro.
Mientras la hablaba sentía como la amargura de la decepción me embargaba.
" Soy el teniente Rodolfo" la dije, ¿ Y Vd. Lady Ana?, estoy muy contento y tenía mas que curiosidad por conocerla. ¿La puedo invitar a cenar?
La cara de la mujer dibujó una sonrisa tolerante " No se de qué se trata hijo, pero la señorita del traje rosa palo que se acaba de cruzar con Vd, me pidió, más bien me rogó que sujetara el ramo de camelias. Y me dijo que si Vd me invitaba a cenar, yo debería decirle que ella le está esperando ya en el restaurante de enfrente.....¡Corra hacia ella, no pierda en tiempo !
¿Satisfecha tu curiosidad nieto?