Si te adentras en lo más recóndito de la sierra de Gredos, entre Gavilanes y Pedro Bernardo, hay una roca que domina el Valle del Tiétar. Siéntate en ella e introduce la mano en la hoquedaz de su izquierda.
Encontrarás unos viejos legajos
Léelos, el texto cambiará para cada persona, pero no así los efectos: según lees el tiempo se alarga, hasta quedar amarrado a un bucle de la eternidad
...Abro los ojos mientras despierto de mi sueño, me levanto estoy en lo alto de una montaña.
Hay fotografías por el suelo, en todas ellas estoy yo, pero no se quienes son los que me acompañan en las imágenes.
Sigo andando errante, tratando de recordar cómo llegue hasta ese extraño lugar.
De repente suena un teléfono, miro en mi bolsillo y le extraigo
¿...Dígame ?
- La voz me narra:
" Rodolfo, ya no quedan monstruos marinos.Todos han sido maltratados por los pescadores de arrastre y los cruceros repletos de turistas. Ya no hay leyendas de buques fantasmas, desde que se inventó el GPS, no tiene sentido.
Los tiempos para los marinos, no son como eran
Pero Rodolfo, te contaré la historia de Penélope
-"Todo comienza en el momento de la despedida de su amado, en la playa agitando el pañuelo blanco que le dejó en prenda. Lágrimas de desconsuelo al ver cómo el horizonte engullía el barco que se la llevaba media vida.
"Penélope, tengo que marcharme sin falta. El futuro me espera; es nuestro".
" Allí lejos hay lugares donde buscar tesoros ocultos cofres llenos de oro, que sólo esperan que les saque a la luz del día, de su largo entierro. No oyes ?…escucha ?. El mar pronuncia mi nombre. Me llama debo ir al encuentro con mi destino ".
Penélope, sólo acertó a decirle: "¿ Pero, y las sirenas... ?
Y así fué como partió dejándola a ella, sola, allí esparando.
Día tras día
Mes tras mes,
Siempre sus ojos llenos de lágrimas y salitre, salitre y lágrimas, agitando su pañuelo blanco al aire y pronunciando su nombre.
En la aldea de pescadores todos sabían de su historia, la buena gente se acercaba algunas tardes a hacerla compañía y darla conversación.
La contaban chismes, mentirijillas, cotilleos
Penélope ajena a sus vecinas, mantenía la mirada fija en el horizonte, en el final de la mar ajena a las palabras y llena de añoranza
Pasaron muchos meses. Una tarde desde su lugar en la playa, se agachó y tomó un puñado de arena, de aquellos miles de relojes que había derramado. Arena perdida, y se dijo: " Hasta aquí hemos llegado".
"Se fué a buscar tesoros, y todos estaban en las curvas de mi espalda, se fue a buscar hortizontes, y todos estaban entre las sábanas de mi cama. No se dió cuenta que yo era su tesoro " Me voy .
A la mañana del siguiente día cuando el autobús la llevaba dirección a la capital, Penélope echó su última mirada a la playa
¡ Adiós…Hasta pronto ! No...¡ Hasta nunca !.
Ahora Penelope es feliz. Encontró trabajo como cajera de Mercadona y está enamorada de Swan el joven que vende hortalizas y frutas y es escultor en sus ratos de ocio
Rodolfo, del muchacho que se marchó, nada puedo decir, no se supo más de él.
Algunas veces Penélope, cuando pasea sola por la orilla del mar, y ve un barco solitario, mentalmente piensa: "No sabe lo que se perdió "