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| " Rapto de Proserpina " Tintas |
Era la sexta vez que miraba hacia la esquina.
Desde allí podía contemplar perfectamente el universo
Cómo es posible lo pequeño que se puede hacer el mundo alguna veces ?
Tenía miedo a perder lo que amaba
Toda la vida había vivido en su roulote,
su casa no era de ladrillos,
tenía ruedas que la transportaba en caravana a otros pueblos donde el
GRAN CIRCO AZUL daba sus funciones,
Ella era la BAILARINA de porcelana
Fue desde su prematuro cuerpo de mujer un constante deseo para los hombres.
Besos robados entre actuaciones tras los cortinones, besos regalados.
Huecos, sin sentido
Luego, como siempre, un ramito de flores silvestres ajadas,
descoloridas, arrancadas del cercano camino
Era todo lo que quedaba.
Ella, las guardaba en su caja de madera, con otras muchas
Pasó en tiempo y más bella que nunca, hastiada de no poder amar, se olvidó del amor.
Dejó su papel de bailarina , para ser muchacha partener del Lanzador de cuchillos.
Un marinero que plantó un jardín junto al mar
Él en cada actuación se enamoraba más de ella
Toc sonaba el cuchillo al clavarse limpiamente en la tabla
Ella no estaba en la pista principal.
La tensión se elevaba a medida que uno y otro más los cuchillos se clavaban
con su seco sonido TOC
El público expectante no movía ni las pestañas
Ella se encontraba en lo más alto de su torre de hoja de lata
Escribía con pluma de ganso un libro de medidas infinitas,
y pastas duras
Cada vez que llenaba con una sola palabra : Amistad… o miedo…o marinero
arrancaba la hoja.
Hacía con ella un avión que lanzaba desde lo más alto y
como un cóndor planeaba majestuoso sobre un viento en calma.
TOC. TOC Y el público rompió en aplausos
El ruido la hizo regresar a la realidad.
El Lanzador de cuchillos, la tomó de la mano y la acompañó al final de la pista
Te quiero, la dijo
Tengo miedo, contestó ella.
El lanzador de cuchillos se sentó el el bordillo de la acera, junto a ella.
¿ Cuéntame ?
Se hizo la noche y, por supuesto el universo se redujo aún más, desapareció la esquina y con ella la luna que recién llegada también se fue
Desaparecieron los macizos florecidos,
el piso grisáceo,
la ventana entreabierta de la casa de enfrente,
la señora regando los geranios blancos,
el chico que abrillantaba las botas y silbaba una canción triste
el perro que dormía sus penas,
el portero del edificio de la esquina, que acumula litros de cerveza en su panza.
...Señor me da miedo querer
Me da pánico perder al ser amado
He pasado una vez por ello y derramé tantas lágrimas que me quedé seca
No quiero amar, no quiero amar.
Se levantó y subió a su torre de hoja de lata, allí escribió:
Había una vez en un país muy lejano, donde las montañas se perdían en el desierto y el río parecía un mar de ancho, una mujer que vivía escribiendo. Lo hacía sin cansancio en un cuaderno gigante de tapas duras, allí acumulaba cuentos y tejidos de colores inacabados y su dibujo inconcluso y luego arrancaba las hojas y las tiraba
.

Escribir, una magnífica forma de crear mundos y personajes. Un placer recorrer tu universo. Un abrazo
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