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23.2.24

Regresando a mi Itaca

 


Acabo de regresar de un viaje, no, mejor dicho: "de el viaje" , En Estambul pude comprar la babucha del pie derecho asi completo con la del pie izquierdo que compre hace años. 

Algunos viajes nos mueven las cosas de sitio, convierten las avenidas de nuestra ciudad en calles más estrechas y nuestra cocina y dormitorios en estancias más grandes, todo es como si lo estrenáramos y una sensación de complacencia nos invade
Mi abuelo nunca viajó en avión, decía que nunca haría algo así, que es imposible se sustenten en el aire un avión. 



Sospecho, que si pudiera contemplar el deslizarse sobre las nubes, otear las luces que alumbran las cercanías de los aeropuertos por la ventanilla que si mi abuelo se encontrara en esta situación, lloraría de misterio. Os contaré un historia que en Capadocia me contaron estos días:

Taner ( hombre del amanecer) no había nacido en Turquía ni de fe musulmana. Como todo Jenízaro, había sido reclutado de niño, tomado de las conquistas en países cristianos, y adiestrados espartanamente en la fiereza de las milicias jenízaras, fieles servidores del sultán y de Al lha

Taner creció  y comenzó a participar en batallas, y a partir de ese momento ya pudo lucir, imberbe , y en su turbante la cinta ancha de muselina de bellos colores que les caracteriza
Los jenízaros tenían su sede simbólica en un árbol, justo frente al palacio de Topkapi, entre Aya Sofia y La Mezquita azul. Allí daban a conocer sus quejas y secretos.
Taner ese día junto a su árbol, vio pasar escoltada por una docena de criadas vestidas todas de negro, a la hija menor de una de las concubinas del sultán; vestida de muselinas y brocados. Su imagen le impactó
La siguió a moderada distancia, y consiguió saber su nombre : Ísil (  silenciosa amante )

Un buen día de 1.826, el sultán dio la orden que los jenízaros debían adoptar el estilo occidental de la Nueva Guardia. Los jenízaros se rebelaron y el sultán les reprimió brutalmente
Taner aprovechando las luchas, consiguió llegar a las habitaciones de Ísil,  y olvidando la represión que el sultán les causaba, huyeron a las Islas Princesa, en el Bósforo.
La paz llegó, Ísil y Taner fueron felices y poblaron la isla con risas 
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado



6 comentarios:

  1. Bonito cuento, traído del cuerno de oro.
    Saludos.

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    1. Alfred tenemos tantas cosas en común seamos de donde seamos Es una gozada conocer gente nueva Un abrazo

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  2. Un cuento sensacional. Ese viaje te trajo mucho más que la babucha que te faltaba.

    Muy interesante. Un abrazo.

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    1. Kavafis nos recuerda que la vida es un viaje y hay que enriquecerse en el camino Un abrazo

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  3. Que lindo todo lo que abra disfrutado tus sentidos en esa ciudad tan enigmática.
    Un abrazo,

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    1. Capadocia es cuna de los pueblos celtas y Estambul es mágica

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