Este jueves es Lucía quién nos propone el tema de:
Carnavales on pandemia o sin ella
Esta es mi propuesta:
Estoy asustado, desde que me ocurrió duermo mal, como poco y me estoy volviendo asocial. Hoy Miércoles de Ceniza han terminado los carnavales, me han ungido una cruz de ceniza para recordarnos que en polvo nos convertiremos. Acercaos hagamos un círculo
Soy cuatro generaciones de madrileños por parte de mi padre, mi madre era de un pueblo a los pies de Gredos, zona que en la antigüedad era Vettona ( tribus celtas preromana ) de antiguos pastores de ganados.
Es en el tiempo de Carnaval que los Zamarraches del pueblo, vestidos con máscaras cintas de colores y trajes de puro blanco y esteras de prensa de vino a sus espaldas, corren ( corremos ) a los vecinos asustándoles en estas fechas. Este año fue el primero que me sume a la tradición, una tradición de este lugar que dio pie a que Navalosa y otros lugares imitaran los ritos carnavalescos
Mi abuela que era de este lugar, de niño me contó un suceso que ocurrió:
Hace muchos años en pleno Carnaval dos hijos del pueblo decidieron casarse. Ella moza joven y guapa y él un muchacho fuerte y de familia adinerada. Echaron un bando para que todos los invitados asistieran al enlace disfrazados.
Todo el pueblo asistió menos una anciana que no gozaba de buena salud.
La boda transcurrió entre cántaros de vino, alubias con matanza y corderos asados, eso si, todo regado con abundante vino que provocó que los asistentes eufóricos y en la creencia que con máscaras nadie les reconocería se mezclaran en una fiesta de sexo sin saber quién con quién iba al pajar.
Lo que contó mi abuela, y personalmente yo volví a vivir vestido de Zamarrache y por ello me aterro fue lo que puedo contaros en primera persona por que lo sentí y diría que viví:
Cuenta mi abuela que la anciana enferma que no asistió a la boda se levanto de la cama, tenia sed y miro por la ventana contemplando aterrada como por las calles del pueblo un ente aterrador cabalgando sobre un esqueleto de caballo que bufaba fuego por sus hocicos se dirigía hacia el lugar donde la boda se celebraba.
Termino contando que todos los asistentes al enlace murieron envenenados. Las autopsias dicen que si una salamandra estaba en el fondo de un barril de vino.
Hoy, en este momento la nueva peste cabalga de nuevo en un penco esquelético . Ya no hay reinas Drag queen, ni Murgas ni vestidos grotescos o galantes. Hoy todos somos la anciana que desde nuestras ventanas vemos cabalgar a la muerte.
Interesante historia, con interesantes giros argumentales.
ResponderEliminarParecía una historia feliz, a la que se sumó una celebración descontrolada, con libertad. con sexo. Pero intervino una aparición sobrenatural y hubo una envenenamiento.
Lograda metáfora.
Saludos.
historia y leyenda que sólo ocurrió en mi cabeza, gracias por tus palabras Saludos
EliminarEsas historias, de una abuela no sr duda de la veracidad, qué lejos nos remontan en el tiempo, y las costumbres.
ResponderEliminarUn gusto leerte ahora con este texto. Un abrazo
alguna cierta de mis entradas si puede ser de ella, la uso por que las abuelas son muy creíbles , en este caso es sólo producto de elaboración propia. Un abrazo
EliminarMuy buena analogía. Una historia que atrapa y muestra imágenes fantasmagóricas, a la vez que refleja la realidad y el tan duro carnaval que estamos viviendo…
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Rodolfo.
Abrazos, y feliz día.
un carnaval de un año, en el que nos enmascaramos todos por motivos de protección. Es el deseo de todos que el día del entierro de la sardina ( fin de los carnavales) se produzca ya mismo, Un abrazo
EliminarBueno espero que no sea cierto ese final que es un poco tétrico.Pero la historia es muy buena. Mi madre me llegó a contar que a ella le daban miedo los carnavales porque no se conocía a nadie y abusaban de muchas cosas y no precisamente buenas., eso es hace más de 60 año. Un placer leerte Rodolfo. Beostes.
ResponderEliminarlas intenciones de los enmascarados , sólo las conoce quien está detrás de la máscara.En la antigüedad eran fechas de ajustes de cuentas. Hoy ( deberían) ser más lúdicas, pero este año...? Besote
EliminarPor mi Botxito también se cuentan historias sobrenaturales ocurridas en carnavales. Aquí el Tribunal de la Inquisición, quemó a cientos de mujeres con el pretexto de que ejercian la brujería.
ResponderEliminarLa imagen me parece preciosa y aunque la boda acabo mal...tu relato me ha encantado. Siempre es un placer leerte, amigo.
Tienes una máscara en mi blog con tu nombre, deseo que te guste...es un pequeño mimo agradecido por tu generosidad conmigo.
es nuestro tesoro, las tradiciones, las leyendas, los instantes de miedo cuando abuelos nos contaban historias reales o inventadas. Nos pertenecen, son nuestras nada ni nadie nos las puede quitar.
EliminarGracias por tus palabras. Un abrazo
ufff.. que mal rollo.
ResponderEliminaryo creo que la anciana era don cuaresma disfrazado, o era el del caballo, a saber. aquel año no hubo perdón. Este, para algi os tampoco. aunque sea sin motivo, como el otro
Saludoss rodolfo
la muerte es la gran señora con la que antes o después tenemos el último baile. Su presencia su existencia es un testimonio de la vida. Se ha dramatizado por presentarse sin ser invitada y por que antiguamente estaba ligada al dolor. Todo ha cambiado pero ella sigue impasible, esperando. saludos
EliminarEse es el misterio: La Máscara.
ResponderEliminarUn objeto que produce temor, miedo a lo desconocido.
Si no vemos , no entendemos.
Un relato que me ha gustado muchísimo.
Un abrazo. ✔
el miedo va acompañado a lo desconocido, son hermanos gemelos. las máscaras cambian la personalidad de quien las lleva, por un momento son lo que su ropaje y máscara quieren decirnos. Gracias por tus palabras Un abrazo
EliminarMiedo a lo desconocido, ganas de liberarse, todo haciendo juego en un macabro episodio que narras con ágil prosa. Un abrazo Rodolfo!
ResponderEliminarsiempre fue así, la ignorancia es el peor enemigo. Los mitos y leyendas sólo pretenden explicar aquello que la razón no alcanza a hacerlo. Gracias Un abrazo
EliminarElla vio en su creencia a unos de los jinetes del fin de los tiempos, que es algo que se repite cada x tiempo, si no todos los días, en cualquier parte. El que nos ha tocado ahora tiene muchos arrojos y encima lo conocemos, pero no sabemos evitarlo, y nos da la vuelta a cada paso.
ResponderEliminarMe gusta mucho lo que has escrito y cómo lo has enfocado.
Lo de la salamandra no ha el caso, claro que un murciélago o lo que haya sido ya ves a dónde nos ha llevado.
Escribes de una manera muy particular, Rodolfo. Me gusta.
Un beso enorme.
la peste, la muerte por pandemia se ha representado tradicionalmente por una sombra cabalgando un escuálido caballo. Europa se vio infinidad de veces maltratada por plagas de peste negra. En Florencia las torres comenzaron a edificarse para evitar una puerta a la calle, luego fueron símbolo de poderío. Tu paralelismo de la salamandra con el supuesto murciélago s muy aguda y adecuada. Gracias. Un abrazo
EliminarMe parece genial el relato y muy bien traído a la actualidad que estamos viviendo en este carnaval.
ResponderEliminarUn acierto total.
como siempre mi agradecimiento a sus comentarios Tracy, lo que estamos viviendo, no nos lo merecemos...y la pandemia, tampoco :-). Un abrazo
EliminarBueno ya he leido tanto de esto
ResponderEliminarque llego cansada
nada nuevo ...
Me gusta cuando escribís desde el alma y tus palabras son únicas no están repetidas en lo lugares donde yo vaya
Un abrazo muchacho desde Miami al alba
un abrazo grande
Agradezco el valor que me adjudicas de una persona como tu que dice lo que piensa sin tapujos Buen alba para un día mejor Un abrazo
EliminarBuf qué mal ha terminado el relato, pero la verdad es que me ha encantado cómo has ido desarrollando el relato, Rodolfo. En tiempos de carnaval ni se sabe lo que puede pasar.
ResponderEliminarBesos.
el carnaval es una fiesta pagana, donde los sentidos lo son en plena libertad y sin limites. El anonimato produce excesos, y los excesos nunca terminan bien. Besos
Eliminar¡Sensacional relato! Y terrorífico, casi diría que un símbolo del diablo en ese ser y en esa salamandra. Y muy buen símil con los tiempos que corren.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu gran imaginación y tu perfecta manera de narrar.
Un abrazo
el diablo , la muerte forma parte de la vida, Un Ser superior creador y un ser poli malo que cumple una misión imprescindible. toda mala acción conlleva un castigo.
EliminarGracias por tu comentario Un abrazo
Uf, espero que venzamos a este caballo esquelético que echa fuego, como una Pesadilla, para poder vivir la vida de nuevo como los anteriores Carnavales.
ResponderEliminarMe gustó mucho tu relato, Rodolfo.
Un besazo
gracias Dafne Sinedie verdaderamente gusta esa visión. Un beso
EliminarQue lujo leerte, siempre aprendo. Hoy quiero saber de los zamarraches porque tu historia con tintes trágicos, me cuenta la otra cara de los carnavales, lo que esconde la risa y la fiesta detrás de la careta. Un abrazo
ResponderEliminarmuchas gracias Rosa, me alegro que mi entrada te haya motivado interés en los Zamarraches. Gracias por tu comentario. Un abrazo
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