Este jueves es Molí del Cayer, nos propone el tema: Historia de nieve
Mi abuela me contaba, cuando yo era pequeña, la historia de la Niña de Nieve.
Esta niña de nieve, en sus labios, quedaba irremisiblemente emplazada en aquel paisaje de nuestras montañas, en una alta sierra de la vieja Castilla.
Los campesinos del cuento eran para mí una pareja de labradores de tez oscura y áspera, de lacónicas palabras y mirada perdida, como yo los había visto en nuestra tierra.
Un día el campesino de este cuento vio nevar.
Yo veía entonces, con sus ojos, un invierno serrano, con esqueletos negros de árboles cubiertos de humedad, con centelleo de estrellas.
Veía largos caminos, montañas arriba, y aquel cielo gris, con sus largas nubes, que tenían un relieve de piedras.
El hombre del cuento, que vio nevar, estaba muy triste porque no tenía hijos. Salió a la nieve, y, con ella, hizo una niña. Su mujer le miraba desde la ventana.
Mi abuela explicaba: «No le salieron muy bien los pies. Entró en la casa y su mujer le trajo una sartén. Así, los moldearon lo mejor que pudieron.» La imagen no puede ser más confusa. Sin embargo, para mí, en aquel tiempo, nada había más natural. Yo veía perfectamente a la mujer, que traía una sartén negra como el hollín. Sobre ella la nieve de la niña resaltaba blanca, viva.
Y yo seguía viendo, claramente, cómo el viejo campesino moldeaba los pequeños pies. «La niña empezó entonces a hablar», continuaba mi abuela. Aquí se obraba el milagro del cuento. Su magia inundaba el corazón con una lluvia dulce, punzante. Y empezaba a temblar un mundo nuevo e inquieto.
Era también tan natural que la niña de nieve empezase a hablar... En labios de mi abuela, dentro del cuento y del paisaje, no podía ser de otro modo.
Mi abuela decía, luego, que la niña de nieve creció hasta los siete años.
Pero llegó la noche de San Juan. En el cuento, la noche de San Juan tiene un olor, una temperatura y una luz que no existen en la realidad. La noche de San Juan es una noche exclusivamente para los cuentos. En el que ahora me ocupa también hubo hogueras, como es de rigor.
Y mi abuela me decía: «Todos los niños saltaban por encima del fuego, pero la niña de nieve tenía miedo. Al fin, tanto se burlaron de ella, que se decidió. Y entonces, ¿sabes qué es lo que le pasó a la niña de nieve?» Sí, yo lo imaginaba bien. La veía volverse blanda, hasta derretirse. Desaparecería para siempre. «¿Y no apagaba el fuego?», preguntaba yo, con un vago deseo. ¡Ah!, pero eso mi abuela no lo sabía.
Sólo sabía que los ancianos campesinos lloraron mucho la pérdida de su pequeña niña.
Ana María Matute ( premio Cervantes 2011 )
Un ternura de cuento. Esa pequeña mientra se mantuvo viva fue la alegría de la pareja de ancianos. Ver como se iba deshaciendo tuvo que ser duro pero la felicidad del momento no se la quita nadie. Un abrazo Rodolfo.
ResponderEliminarAna Maria Matute fue una de las grandes escritoras españolas, merecedora de ese Principe de Asturias, la magia del cuento llena de sencillez con esos abuelos sin hijos ni nietos que adoptan a una niña de nieve como compañía
EliminarQué ternura de cuento. Me ha encantado leerla. Un gustazo.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias los parabienes son de su creadora yo fui sólo el que le traje Un abrazo
EliminarBueno, tampoco pasa nada por compartir un cuento de Ana María Matute, esta gran escritora, que además, yo no lo conocía, aunque mejor hubiera sido haberte leído a ti, pero gracias por compartirlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
María sólo soy un junta palabras y con toda la humildad pinten, un abrazo
Eliminarto superarme aprendiendo de quien sabe más que yo. Gracias
Una bella historia que has hecho muy bien en traer hasta aquí. Gracias Rodolfo! Un abrazo
ResponderEliminareste nuestro planeta nos trae situaciones paradójicas como una nevada para recordar en mi ciudadUn abrazo
EliminarUn acierto el que hayas colgado este cuento de Ana María Matute, no lo conocía y me has dado la oportunidad de leerlo.
ResponderEliminarGracias y besos
La sencillez de la escritura de Ana M! Matute está en la linea de aquellos otros grandes de la literatura como Azorin , Galdós, escriben tan fácil que llega a todo el mundo con sus escritos. Un beso
EliminarQue cuento más precioso y más tierno!!! Gracias por participar, besos.
ResponderEliminarAna Mª Matute fue una escritora catalana menuda de cuerpo y gigante de inteligencia que puso a nuestra disposición con sus escritos. Besos
EliminarAna Maria Matute fué ademas una mujer valiente e imagnativa donde las haya.
EliminarEs una autora que cuanto mas la lees,mas gusta. Graias Rodolfo. UN abrazo grande, amigo mio!
coincidimos en la apreciación de la autora. y si, es un bonito cuento Un abrazo amiga
EliminarQue cuento tan bello, gracias
ResponderEliminarpor traerlo, no lo conocía.
Besitos dulces
Siby
yo di con el cuento casi por casualidad, es difícil conocer la obra entera de un escritor. Besos
Eliminarcreeme tus entradas son mas buenas que las de La Matute
ResponderEliminargracias por el comentario, pero no comparto tu opinión en este tema, ella fue una gran escritora y yo, como me digo soy un pegapalabras. Un abrazo
EliminarGracias, Rodolfo, por acercarme este cuento tierno de Matute que yo no conocía.
ResponderEliminarUn abrazo
Matute nos narra un historia de final triste, un personaje que da alegría a unos solitarios ancianos y como una imprudencia termina con esa niña. Deja a los ancianos más tristes y solitarios aún que antes, pero es el deseo de la autora que sea así con final trágico- Un abrazo
EliminarNo hay nada que perdonar. Es una historia preciosa y si es de Matute, con todo lo que ello implica, es fenomenal poder disfrutarlo de nuevo.
ResponderEliminarGracias a ti por compartirlo. Yo, personalmente, no lo conocía. Al menos, no lo recuerdo.
Un beso grande, Rodolfo.
Gracias Mag, fue un placer participar, Un beso
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