Cecy desde su blog " Deshojando relatos " sugiere escribamos sobre el dicho: "El diablo mete la cola", expresión de cómo su intervención nos cambia para bien o mal la vida
Virginia veía como pasaban los años, y cómo ningún hombre se acercaba para conocerla íntimamente. Soltera y entera se decía
Se sentía humillada y muy enfadada con el mundo Un día de Setiembre llegó a sus manos un libro de magia negra, le abrió sin orden, el capítulo trataba sobre invocaciones al diablo.
"Traza un círculo en el suelo enciende doce velas y disponlas sobre el círculo
Luego Invócame, pide el deseo y se te cumplirá "
Virginia ese día estaba bajo influjos lascivos, siguió punto por punto las instrucciones del libro y pidió que la complaciera ocho veces esa noche...
Se metió en el círculo, desnuda y con toda la fuerza de su mente pidió su deseo.
Hubo un resplandor y contempló la aparición. Virginia lo miró horrorizada y corrió a la puerta. ¡ Maldita costumbre la suya de encerrarse con llave todas las noches !
Buscó la llave en el bolso, en la mesita. La llave no aparecía. Se dirigió al salón creyó que pudiera estar encima de la mesa cercana donde había hecho el conjuro
En ese momento se enroscó en su cuello el primer tentáculo. Luchó por retirarlo pero el segundo atrapó su mano en el aire. Intentó gritar, buscó palpando algo con qué defenderse de esa masa que la atraía, que la tomaba por la cintura, por los muslos
Virginia pudo ver por primera vez, muy de cerca sus ojos enormes.
Cada vez oponía menos, cada vez estaba más agotada se sentía volteada, acomodada
Por su mente pasó que pudiera ser devorada por el gigantesco pulpo Se desmayó.
Al abrir los ojos se hallaba cuidadosamente tendida en su cama.
Uno de los tentáculos, ligero, suave le acariciaba las piernas, las mejillas.
Otro jugaba con su pelo.
Virginia comprendió entonces se relajó y sonrió.
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